martes, 3 de agosto de 2010

Frases . . . Historias ...


De un tiempo a esta parte me he dado cuenta que en más de una ocasión los dialogos que mantengo con un compañero de trabajo tienen un cariz, una patina que los emparenta lejana y sombriamente con los de Alvarez y Borges.

La disquisición del dia de la fecha tuvo como tema la particular bonomia de ciertas frases en determinadas ocasiones.

Por cuestiones propias de la asociación libre recordamos al Sargento Cabral en boca de quién Bartolomé Mitre sentenció: "Muero contento coronel. Hemos vencido al enemigo".

Frases para morirse y chistes al respecto vinculados a las colectividades sobran pero se me vino a la memoria un fragmento del libro Operación Masacre de Rodolfo Walsh:

"...pegado a la persiana, oí morir a un conscripto en la calle y ese hombre no dijo: «Viva la patria», sino que dijo: «No me dejen solo, hijos de puta». Después no quiero recordar más, ni la voz del locutor en la madrugada anunciando que dieciocho civiles han sido ejecutados en Lanús, ni la ola de sangre que anega al país hasta la muerte de Valle. Tengo demasiado para una sola noche. Valle no me interesa, Perón no me interesa, la revolución no me interesa. ¿Puedo volver al ajedrez?"

<< No me dejen solo hijos de puta>> es la frase que grita el conscripto, el colimba, el eslabón mas bajo de la carrera castrense, el ciudadano bajo bandera. Gran frase del soldadito.

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