lunes, 6 de diciembre de 2010

La primera vez ... fueron tres equis

Natalia Moret se despacho con una gran nota en la revista RADAR del 5 de Diciembre de 2010 sobre los primeros pininos del porno en territorio nacional. Destacamos a continuación algunos fragmentos del descubrimiento que viene completar la línea histórica de la birome, el colectivo y la fugazza con queso

Esto es historia "A principios del siglo pasado, el cine era chiche nuevo en Europa y su vástago más deseado, el sexo en movimiento, ya era furor. Pero también era ilegal. Y la industria para abastecer a aristócratas y burgueses florecía. ¿Es posible que la primera filmación de sexo explícito que se vio en esos salones clandestinos de proyección de la que se tenga registro haya sido filmada en la Argentina, con un sátiro espiando ninfas y cazando una para saciarse? El Satario fue durante años una hipótesis y un mito. El reciente descubrimiento de una productora podría hacerlo realidad. Esta es la historia."

Ese género maldito"Las stag movies estaban destinadas, casi exclusivamente, a hombres aristócratas y burgueses. Muchas de estas películas se hacían por encargo y se proyectaban en los smokers, salones poblados de chicas livianas de ropa para la clientela masculina. Salones oscuros, selectos y secretos, llamados así por el humo de los cigarros que terminaba de armar el ambiente sórdido y elegante. Los créditos, el idioma de las placas, la distribuidora, la productora: la mayoría de los datos en los films no eran más que pistas falsas para inexpertos. Muchas veces, incluso, los actores aparecían disfrazados, con máscaras o trajes, ocultando su identidad. Generalmente, los encubiertos eran los hombres. A las mujeres, que en la mayoría de los casos provenían de burdeles de mala muerte y que aceptaban este trabajo como una versión mucho más amena y mejor paga de la prostitución, es más común verlas a cara descubierta."


Las dos caras de la industria "El cinematógrafo, aquel invento tan útil para mostrar obreros saliendo de su trabajo, también podía ser usado para mostrar eso otro que todos hacían con mayor o menor frecuencia, dependiendo de cuán afortunado se fuera, y de lo que nadie se atrevía a hablar: sexo. Así es que unas semanas más tarde aparece el corto Le bain, dirigido por Louis Lumière y protagonizado por la actriz Louise Willy, que se desnudaba frente a cámara en un strip-tease bien sugerente. Todavía apenas se jugueteaba con la posibilidad del sexo explícito sin alcanzarlo, por lo que, técnicamente, no podríamos hablar de porno. De todas formas, Le bain provocó tanto escándalo y consternación entre los defensores de la moral burguesa que terminó por catapultar la incipiente pornografía a las profundidades de la clandestinidad. Pero en la clandestinidad se multiplicó. Los equipos que de día eran usados para filmar películas presentables en sociedad, de noche se usaban para seguir alimentando la maquinaria del sexo"

Los vericuetos del capitalismo cinéfilo "...¿por qué vendrían los europeos a filmar a Buenos Aires? Cuando la censura en Francia se puso más severa hacia 1905, dice el especialista español Paco Gisbert, muchas de las producciones pornográficas empezaron a trasladarse a tierras alejadas del viejo mundo, como México. Y como la Argentina, que, según Gisbert, fue uno de los primeros centros de producción de películas pornográficas, allá por 1904 o incluso antes. “En un artículo aparecido en la edición norteamericana de Playboy sobre los orígenes del cine clandestino –señala el español–, Arthur Knight y Hollis Alpert explican que las películas con una completa y explícita actividad sexual eran enviadas por barco desde la Argentina a compradores privados..."

Acerca de la presunta primer película del género se indica "... hay una leyenda persistente que sostiene que El Satario fue filmada, probablemente, como una parodia al Atardecer del fauno, el ballet que escandalizó a la audiencia parisina en su première en el Theâtre du Chatelet, en mayo de 1912. Ese mismo año, el ballet hizo una gira por Sudamérica, y se cree que el film podría haber sido producto de aquel evento.” Si fuera así, El Satario podría haber sido filmada en Rosario o Buenos Aires en 1912."

Arrivederci, great balls of fire

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